Sin lugar a dudas, a través de la lectura aumenta la creatividad y se abre la puerta hacia nuevos mundos y cosas por descubrir. Por eso, se trata de un recurso imprescindible para despertar la curiosidad de los pequeños y facilitar su proceso de aprendizaje.

¿Quieres conocer otros motivos para inculcar la lectura en los niños? En realidad hay muchas otras virtudes. Dado que muchos aún no las conocen, a continuación queremos compartir en detalle las 8 más importantes.

1. Adquisición de vocabulario

Poco a poco, conforme crecen, los niños comienzan a explorar el lenguaje. Al principio por imitación a los padres y luego, al iniciar la etapa escolar, a través de diversas actividades, como la lectura. Esta actividad les ayuda a establecer asociaciones y entender los rudimentos del lenguaje.
A medida que aprenden a leer, los niños no solo descubren nuevas palabras y enriquecen su vocabulario, sino que comienzan a comprender mejor el discurso. Por ello, es de suma importancia apoyar el proceso de lectura y guiarlo adecuadamente, tanto en el aula como en el hogar.
Para poder desarrollar diversas habilidades lingüísticas, los niños deben aprender a dominar el hábito de la lectura.

2. Mejora de la expresión
En relación con el beneficio anterior hay que mencionar que la lectura contribuye significativamente a mejorar la expresión de los niños. Dicho de otra forma, cuantas más palabras aprenden, mejor consiguen expresarse en su entorno familiar, escolar y social.

3. Desarrollo de la imaginación y creatividad

Los libros contienen “mundos” que les permiten a los niños potenciar su capacidad de imaginación y creatividad. A través de estos recursos los pequeños pueden “transportarse” a otros lugares, recreando en su mente los personajes y escenarios que allí se exponen,
Lo más interesante es que, más tarde, ellos tratarán de volverlos realidad, bien sea mediante un juego de roles o practicando el dibujo. Todo esto, en conjunto, será clave para su formación intelectual.


4. Mejor comprensión lectora

La compresión lectora es una herramienta poderosa e indispensable para todo ser humano. Sin ella, el proceso de formación académica se dificulta y se ralentiza. Por ello, es primordial trabajar en ella desde el hogar, con lecturas complementarias y actividades afines. Ayuda a despertar la curiosidad por distintos temas, hacerse preguntas, intentar responderlas, procesar la información y comprender mejor las cosas. 
Un niño que ha sido acostumbrado a leer con regularidad, tanto lo que le mandan a leer en la escuela como textos recreativos, no tendrá muchas dificultades a la hora de aprender.

5. Menos problemas de concentración

Un buen hábito de lectura ayuda a los niños a desarrollar su concentración. Por ejemplo, en un cuento, a través de los personajes y la acción, se capta su interés y, en consecuencia, los niños se ven motivados a centrar su atención para saber cómo termina todo.
Aunque es normal que al principio, cuando aún son muy pequeños, se distraigan con facilidad. Pero el hecho de que poco a poco consigan centrar su atención en un texto les ahorrará, a corto y largo plazo, muchas dificultades en cuanto al aprendizaje se refiere.

6. Desarrollo de la personalidad

La lectura también ayuda a formar la personalidad de los niños ya que, a través de ella, descubren parte de lo que les gusta y qué no, con qué se sienten más identificados, qué les llama la atención y muchos otros aspectos.


7. Ejercicio para el cerebro

La lectura es, en sí misma, un ejercicio para el cerebro. De allí que se establezcan conexiones y se mejore la memoria y el entendimiento. E incluso si el texto no tienen una gran complejidad, el cerebro trabaja.


8. Más empatía

Los niños que leen desde temprana edad tienden a ser más empáticos, en general. Esto no solo se debe a que las historias les ayudan a entender mejor las emociones, sino que aprenden a ponerse en el lugar de otros y a intentar saber qué les pasa y por qué. 
La empatía puede contribuir positivamente en su adaptación al entorno social y a ser mucho más tolerante ante distintas situaciones y personas.

¿Cómo incentivar la lectura en los niños?

A diferencia de lo que se suele creer, los padres no deben dejar la labor a los maestros. Al contrario, hay que despertar su interés por la lectura, desde muy pequeños, desde el hogar.
  • Practica la lectura con tus hijos en casa, por lo menos, media hora.
  • Tómate un tiempo para leerles un cuento. Por ejemplo, antes de ir a dormir.
  • Da un buen ejemplo para que el niño, al imitarte, consiga desarrollar su propio hábito de lectura.
  • Después de una lectura recreativa, haz una pequeña sesión de preguntas. ¿Qué hicieron los personajes?, ¿Cómo lo lograron?, ¿qué hizo falta para llegar al final?, etcétera.
  • Conversa con tus hijos acerca de lo que han aprendido de la lectura del día. Y si tienen dudas respecto a algún término, anímales a saciar su curiosidad con el diccionario y a contrastar la información contigo. 
  • Trata de ofrecerle lecturas varias, acorde a su edad, pero sin limitarlo. Ofrecerle a un niño solo lecturas infantiles podría interferir en su evolución como lector.

La lectura como herramienta de poder

La lectura viene a ser una herramienta de poder no solo porque ejercita la imaginación y ayuda a tener un mejor dominio del lenguaje, sino porque facilita el aprendizaje de otras cuestiones, como las matemáticas, por ejemplo. Así que no la subestimes y ¡cultívala!