Aprender una lengua siendo niño ayuda a tener una
mejor lingüística. El cerebro tiene mayor plasticidad y capacidad de absorber
nuevos conocimientos a edades tempranas.
Los idiomas son una herramienta clave para el presente y futuro, que ha quedado demostrado que es más práctico introducir desde edades
tempranas, cuando el cerebro es más flexible, absorbe más conocimientos y es capaz de moldearse a las características de otra lengua.
Al igual que los niños y niñas adquieren su lengua
materna de forma natural y sin demasiado esfuerzo, una segunda y tercera lengua
puede introducirse en los primeros años de aprendizaje, con un gran número de
beneficios y ventajas.
El cerebro de un niño o niña cuenta con mayor
plasticidad y flexibilidad para adquirir nuevos conocimientos, y por tanto más
facilidades para sumergirse en un idioma extranjero con mucha más rapidez que
un adulto. De esta forma, las personas que han absorbido una segunda o tercera
lengua en su infancia cuentan con varios beneficios, como una mejor
lingüística, mejor comprensión lectora y concentración, facilidades para asumir
nuevos idiomas en el futuro y acceso a un mayor nivel cultural.
Introducir un idioma extranjero en las edades de 1-4
años ayudará al niño o niña a tener una mejor capacidad de distinguir y
reproducir sonidos, acentos y de asumir las peculiaridades de cada lengua.
Además, el aprendizaje de un idioma abre el campo cognitivo y lingüístico, lo
que supone, según los estudios, beneficios como una mejor gestión de problemas,
más habilidades de pensamiento crítico, flexibilidad y capacidad de memoria,
habilidades multitarea y creatividad.
Del mismo modo, al exponer al cerebro a un constante
flujo de nuevos conocimientos éste se ejercita con frecuencia desde edad
temprana, conllevando un mejor rendimiento académico en el futuro y más
capacidad de concentración para el niño o niña. Está comprobado que los niños
bilingües y trilingües tienen ventajas a nivel de comprensión, con un impacto
positivo en el cerebro y en su salud mental.
Cómo enseñar un segundo idioma en la infancia
Los niños y niñas tienen más capacidad para absorber
y gestionar un segundo y tercer idioma diferente a la lengua materna en el
periodo comprendido de 1-8 años, aunque principalmente de 1-4 años de edad. Sin
embargo, este periodo es un rango lleno de nuevos estímulos y distracciones,
que puede hacer compleja la manera de iniciar a los niños y niñas en un nuevo
idioma, para que este sea interiorizado de forma natural.
Tanto en la escuela, la guardería o en casa, los
diferentes idiomas deben llegar al niño como llegó su lengua materna, de forma
fluida y desde el entorno, por lo que este aprendizaje debe ser lúdico y
espontáneo. Canciones, cuentos, diálogos en este idioma o relacionarse con el
niño o niña en esta lengua y la materna de forma alterna son algunas de las
técnicas más efectivas, además de los centros bilingües donde además el niño o
niña tendrá contacto con otras personas de su edad que están en el mismo
procedimiento de aprendizaje.
Hablarle frecuentemente en la lengua elegida es una
técnica clave para que el niño o niña interioricen palabras y términos, acento
y conversaciones de forma autónoma. Usar programas de televisión en inglés,
guarderías bilingües, y dispositivos y juegos con diferentes lenguas son
también elementos que ayudan a asimilar los nuevos conocimientos propios de un
segundo idioma.
Además, introducir otra lengua en la rutina habitual
del niño y convertirla en parte de su hábito es una fórmula efectiva, que
ayudará a que el niño o niña asimile el idioma de forma regular y constante.
Jugar, cantar, leer, usar melodías y ritmos, vocabulario accesible y cotidiano
hará que el niño o niña se contagie del interés de aprender una nueva lengua,
entendiéndola como algo sencillo y divertido y no como una obligación.
Ver la televisión en versión original, moverse un
entorno bilingüe, realizar lecturas en esa lengua, juegos sencillos y
entretenidos adaptados a cada edad, canciones actuadas o coreografiadas y actividades
compartidas con otros niños, padres o profesores son solo algunos de los trucos
para despertar la curiosidad del niño o niña por un segundo idioma.
Fuente: www.canarias7.es/sociedad/educacion/ventajas-de-estudiar-idiomas-desde-pequenos-
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